jueves, 18 de junio de 2009

Introducción


El uso de los signos de puntuación proporciona al texto una estructura que facilita la lectura y comprensión del mismo; así, éstos se utilizan para:
Estructurar un texto;
Delimitar las frases y los párrafos;
Hacer énfasis en las ideas principales;
Ordenar las ideas secundarias;
Eliminar ambigüedades.
El correcto uso de los signos de puntuación asegura la adecuada articulación de las unidades de significado que integran una frase o un párrafo. Por eso los signos de puntuación requieren un empleo muy preciso; si se ponen en el lugar equivocado, las palabras y las frases dejan de decir lo que el autor quería decir. Cuanto más resalten los signos la estructuración del contenido (tema central, subtema, idea, detalle), será más coherente y preciso el texto.
La puntuación varía según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se puedan presentar no eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de evitar errores generalmente considerados como inaceptables. De ahí la importancia de conocer y aplicar las normas básicas de la puntuación.
Sin embargo, hay que advertir que más allá de cualquier norma establecida, los signos de puntuación componen también la arquitectura del lenguaje y por ende del pensamiento escrito. En este sentido, y tal y como sucede en poesía desde hace más de un siglo, no existen normas exactas para reglamentar el correcto de uso de los signos en las partituras, tanto narrativas como poéticas. En términos de principios y parámetros, los signos de puntuación entrarían a formar parte de los parámetros del lenguaje y en consecuencia se sitúan en un proceso de constante evolución y son variables que pueden depender de otros factores.
Si la finalidad última es la comunicación, podría resultar paradójico encontrarnos con licencias ortográficas que no respetan el modo convencional de escritura y que sin embargo expresan a la perfección los conceptos y los ritmos internos, invisibles de otra manera. Como ejemplo de variable "en el extremo" se situarían los cambios en las formas de escritura que están imponiendo los nuevos medios de comunicación, chat, blog, sms... que más que atacar a las viejas estructuras del lenguaje realizan de él un uso específico, adecuado a la velocidad y otras características del medio en cuestión; aún cuando lo correcto es respetar el uso de los signos de puntuación y evitar la degradación del idioma castellano por modismos y anglicismos.

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